A pesar
de vivir relegadas a un segundo plano, condenadas al silencio en una sociedad
donde sólo tenía voz el hombre, algunas mujeres se atrevieron a alzar la voz,
algunas incluso a gritar, aunque más tarde serían castigadas por ello.
Las
Amazonas eran esas mujeres guerreras hijas del dios Ares, combativas, valientes
y luchadoras y, por encima de todo, autosuficientes.
Representan como nadie el poder de la mujer independiente y segura de sí misma y de su potencial. Ellas sólo necesitaban a los hombres para procrear, nada más.
Su autonomía les supuso su castigo cuando los contadores de historias se encargaron de elaborar oscuras leyendas en torno a ellas convirtiéndolas en mujeres crueles.
Pero lo cierto es que de ser ornamentos invisibles de los hombres, pasaron a escribir su propia historia...la de ser
dueñas absolutas de su vida.

Representan como nadie el poder de la mujer independiente y segura de sí misma y de su potencial. Ellas sólo necesitaban a los hombres para procrear, nada más.
Su autonomía les supuso su castigo cuando los contadores de historias se encargaron de elaborar oscuras leyendas en torno a ellas convirtiéndolas en mujeres crueles.
Pero lo cierto es que de ser ornamentos invisibles de los hombres, pasaron a escribir su propia historia...la de ser
dueñas absolutas de su vida.


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